Que se rompan mil espejos cuando me
mire de reojo en la taza de té.
manchar mi vestido con sangre de ciervo,
-sacrificio en medio de una tormenta,
partida por un rayo-
que se me quiebren los labios,
[corales en carne viva]
de tanto besar tus retratos.
que vaya hacia vos,
yo y mi corazón de cuervo.