dar vuelta el casette, para escuchar lo subliminal de mi nombre.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Madreselva







Escribirle a ellas es transformar el trabajo de la escritura en un trabajo de orfebre.
Labrar en plata y oro sus nombres.
Los gestos serán ahora piedras preciosas moviéndose en el viento.
Nombrarlas es:
habitar un pequeño bosque de plantas carívoras,
que muertas de hambre,
se desayunan entre sí.
Es enhebrar botones turquesas con carboncitos rotos con almíbar tibio.
Es poner el cuerpo en el cuerpo del poema
Para sentir al menos
Como se siente
Su perfume intangible
A madreselva en verano.

lunes, 18 de mayo de 2015

Marabunta



Un solo abrir las piernas y parir cada noche
Una manada infinita de arañas,
Hembras e incendiarias,
Que se devoran el sexo
Y se van al jardín
A morir hinchadas entre las plantas.
Las arañas mueren a mansalva,
Caen en un solo gemido
( que hace temblar todas las camas en un segundo.)
A cada orgasmo de araña:
8 patas estremeciéndose
Y un solo estertor al caer.
Ninguna araña sobrevive.
Si se escucha el canto moribundo de alguna,
Al instante se vuelve silencio:
Todas caen.
Ni una queda.
Para llegar al lecho de muerte
(donde conocen por primera vez un orgasmo de mujer)
Cruzan jardines,
Caminan de ocho en ocho,
Unas montadas sobre otras.
Ovillo de lana de araña,
Cruzando las casas y los patios.
Marabunta arácnida sacudiendo la noche.