dar vuelta el casette, para escuchar lo subliminal de mi nombre.

martes, 31 de mayo de 2016

Todo lo que escribí mientras te esperaba (Parte 6)



Parte 6


Llevo varios días de convivencia permanente conmigo misma, duermo y escribo. Cuando cierro los ojos las imágenes siguen ahí y a veces me da miedo que se escapen. Las sigo en los sueños. Pienso si alguna vez quisiera salir de aca, de este micromundo que inventé a mi medida. La soledad se transforma en todo lo que necesito y es lo mas cómodo que existe. Todo lo que quiero decir lo digo acá, y encuentro en este transcribirme una forma de hilvanar mi historia y todo lo que me circunda.
¿ es este oir las teclas el verdadero sonido de la palabra no dicha? No enuncio, escribo. Pasan horas y es el unico ruido que se escucha. Un encendedor. Una puerta cerrándose. El ronroneo de las gatas en mi pecho. Todo se vuelve un ovillo al que volver y tejer y destejer una y otra vez. En medio de la noche de pronto, me nombro. Con voz temblorosa primero, con un hilito de voz, me acomodo en la oscuridad como una vela recién prendida, voy tomando fuerzas y subo la voz, me excito como si por primera vez me escuchara, y lanzo un grito gutural venido de una animalidad olvidada, un grito de sirena y pajarraca. Hay eco. Siento mi voz reverberar y volver. Sale de mi boca ,retumba en las paredes y vuelve a mi. Al centro del pecho. Me golpea. Ya soy otra.
Ahora habito en un bosque de rocas, el día es una cascada de canciones claras, la noche el eco de un viento extraño.

Todo lo que escribí mientras te esperaba (Parte 3)



Parte 3

Voy a escribir sin pensar. A mover las manos en el teclado a la velocidad de la luz.
Al silencio lo voy a transcribir en cursiva, con pluma y tinta coral. No voy a pensar. Pensar es traer fantasmas al papel. Me voy a calcar en papel de arroz, a trasluz voy a poner el cuerpo y a dejar la sombra. Todas las heridas mal cosidas me las voy a descoser. A quedarme en carne viva. Soy una flor demasiado roja, un extraño insecto. La cabeza aun se mueve y puedo ver. Que me arranquen el corazón pronto. Que lo pongan en un cristal. En cada dedo un alfiler, en los ojos dos carbones. Que me pongan en la noche, sin cuerpo puedo moverme mejor y hacerme parte del perfume.
Pónganme en una taza, debajo de aquel árbol que quiero escuchar como viene galopando un caballo allá a lo lejos, demasiado lejos. Trae una noticia, viene a decirme algo. Cuando llegue voy a montarlo. Soy su respiración. Soy el caballo. No hay cuerpo, sólo movimiento. La tracción de su sangre que bombea del corazón al galope, el número que lo define y el átomo que lo compone.

Todo lo que escribí mientras te esperaba (Parte 17)





Parte 17


¿ que es mas egoísta? ¿ tirarte esta piedra en medio del pecho
o quedarme la joya del deseo y no mostrartela jamás?
Me quema todo lo que quiero decirte.