dar vuelta el casette, para escuchar lo subliminal de mi nombre.

viernes, 20 de junio de 2014

Sándalo.



Llevar al borde del abismo todo rastro de pobreza. Tan pobre la sin rostro… tan igual a todas. Ponerme la máscara que cubra la máscara que devela un talismán secreto. Dentro del rubí: la piel que me falta, la sed embravecida, una ola de mar. La ola entera. Soñada desde la infancia. La ola toda. Con tu perfume y con tu gesto. La ola monstruo. Las palabras que llenan el hueco. El hueco mismo. El borde en si. Lo desbordante. Doy pasos hacia delante pero no me calzo, me descalzo. Doy paso, seguro cuerda floja. Pero me caigo. Dos veces. Entre un respiro y el respirar. Lo que tardé en decir: “lo que tardé en decir”. Hablo en sílabas, hablo en sintagmas. El lenguaje. Objeto preciado. Hacedora de la noche. Orfebre y jardinera. Te veo llena de tierra riéndote con tu risa ola de mar. Ola toda. Con tu risa de acá estoy. Parada entre tanto barro, brillando como obsidiana. Acá estoy.

miércoles, 11 de junio de 2014

Mudanza



Guardar en cajas todo rastro de mi nombre.
4 mechones de pelo enterrados en el patio,
para que la tierra sea fértil y crezcan
amapolas, arbolitos de duraznos, plantas de tomate...
en el cuarto invoqué mi suerte,
para que la cama no esté nunca vacía.
En la alacena guarde mi soledad de nena rara e invisible
para tomarla todos los días con dos cucharadas de azúcar.